Puerto Príncipe.- El paso de las horas aumenta el drama y la tensión en las calles del devastado Puerto Príncipe, capital de Haití, destruida por un potente terremoto este martes.Un equipo de periodistas del Centro de Información Gubernamental viajó al vecino país, y describió escenas conmovedoras en distintos puntos de la capital haitiana.
"Las calles son un gran amorgue donde en ocasiones hay que retirar cadáveres para poder pasar, de un punto a otro".
Algunas calles están cerradas por los escombros y trasladarse de un sitio a otro es una verdadera odisea.
La gente deambula y se detiene en cualquier improvisado refugio en busca de comida o cualquier ayuda que aparezca y luego se aglomeran junto a montones de cadáveres intentando identificar algún familiar antes de sepultarlos en improvisadas fosas comunes.
En cualquier lugar aparece una fábrica masiva de ataúdes para muertos, hechos con gran rapidez y destrezas pero con ausentes señales de decoración o lujo.
El equipo de periodistas del Centro de Información Gubernamental encabezado por los subdirectores Manuel Hernández y Miguel Ortega, el camarógrafo Iván Comprés y el fotógrafo Luis Sierra y Julio Soriano, llegaron hasta la sede de la Embajada Dominicana en Puerto Príncipe, la cual encontraron parcialmente colapsada.
El local muestra la parte trasera y el patio completamente destruidos así como uno de los muros laterales, mientras que dentro resulta inhabitables, por la falta de servicios eléctricos o de agua potable o teléfono.
El embajador Rubén Silié dijo a sus compatriotas que por esa razón la embajada permanecerá cerrada, hasta que en el futuro pueda ser trasladada a otro lugar, en tanto que los servicios y atenciones se realizan desde el hotel Rich, uno de los pocos centros hoteleros que permanecen en pie y dando servicios.
El gobierno dominicano asistiendo a los dominicanos atrapados en medio de la tragedia. Cubriendo totalmente los costos de traslado desde Haití hasta la Republica Dominicana.
Los dominicanos se reúnen en grupos para ser transportados a su país por las autoridades de Santo Domingo, quienes le proveen de alojamiento, comida, asistencia medica, agua y todo lo necesario hasta que llegue el transporte.
Muchos dominicanos quedaron a la intemperie, al igual que miles de ciudadanos haitianos.
Pastor Vázquez, ministro consejero, explicó que muchas de las tareas de asistencia a los dominicanos se realizan en la explanada frontal de la embajada, ya que en el interior de la misma es imposible trabajar.
Narró asimismo que la primera persona en asistir a los dominicanos tras el terremoto, y quien también fue testigo del fenómeno, fue la medico cubana Ivanna Alfonso, quien dio los primeros auxilios a los heridos que se fueron presentando. Fue un momento extenuante y confuso que se desarrollo en medio de gritos y desesperación.
El gobierno dominicano no solo asiste a sus nacionales varados en Haití, sino que llevo masiva ayuda al los ciudadanos haitianos, incluyendo una flotilla de 20 gigantescos comedores económicos con capacidad para producir 10 mil unidades de alimentos cocidos, montando operativos en distintos lugares.
La gente esta desesperada por comida, y se agolpa en los operativos donde los participantes trabajan intensamente preparando y distribuyendo los alimentos. Mientras más alimento se prepara y distribuye mas gente hambrienta aparece inagotablemente.
Por otro lado grupos de médicos y enfermeras desarrollan intensos operativos médicos ofreciendo asistencia a un mar de heridos algunos de gravedad.
Una de las escenas mas dramáticas y conmovedoras tiene lugar en un colegio que colapsó próximo a la embajada, donde casi todos los niños y profesores quedaron sepultados, nadie puede sacarlos o socorrer a nadie, los familiares los lloran en los alrededores, y todo lo que se escucha es el llanto y los lamentos.
La mayor dificultad obedece a la falta de equipos pesados para remover escombros. Algunos equipos aportados por el gobierno dominicano realizan las primeras excavaciones y ha sido al atardecer de este jueves cuando comienza a llegar el grueso de la ayuda internacional.
Poco antes los socorristas dominicanos se desplazan por la zona devastada distribuyendo colchones y frazadas y reforzando los operativos médicos y de distribución de alimentos.
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